Dos eventos

Número 1
Salgo de mi casa a las 12:00 media noche. Soy la antítesis de cenicienta. Me convierto en calabazo para caminar hacia el desenfreno. Prendo un cigarrillo y silvo algo de Zoés. Arribo al lugar donde me estaban esperando. Escucho a alguien dirigirseme como el alma de la fiesta. Yo preferiría se el cuerpo.
Congregados los agregados; nos vamos a la casa verde. Subo a la terraza para después subir al cielo mientras suena una banda que adiciona mucha libertad al libertinaje. Leono aparece con su melena dorada para aterrar a las cebras con versos poperos.

metometometometometometometometometo
matomatomatomatomatomatomotomotomotomoto. Tchatz..

Por fin en la ciudad se despertó una ladilla. La pasé bien adentro.

Número 2
Salía de una fiesta y no pude creerlo cuando lo vi y aún sigo escéptico. La gente es muy desocupada para salir a chupar frio a las cuatro de la mañana sobre bicicleta, bus, buseta, colectivo, chiva, pié, carro, camioneta, elefante, perro, mendigo, moto; una caravana espantosamente ruidosa que no va a ningún lado. ALBORADA. Sucede cada primero de diciembre en Popayán.
Si no me equivoco (casi siempre lo hago) el origen de este ritual se transformó en un evento tosco y primitivo gracias a la mano de occidente. Provenía de un desfile campesino que se hacía con los bultos de mercancía antes del mercado, antes del alba; esto para agradecer a la virgen por un año prospero. Hoy es un boletazo con tantas motos que facilmente se podría confundir con el festival nacional del sicario. Solo RX 115 con acompañante y sin casco.

me tiraron harina! pirobos

Comentarios

Lolita ha dicho que…
El festival nacional del sicario es una expresión excelente. Hace rato estaba buscando un epíteto para el despliegue que describes y no había hallado uno más acertado.

Pesadumbre es una super palabra, quizá superada por angustia